miércoles, 27 de febrero de 2008

El Obama con turbante despierta una polémica lamentable

Una fotografía de Barack Obama con turbante mientras se probaba un traje tradicional en Kenia durante un viaje como senador en 2006, ha vuelto a destapar el lado oscuro de Norteamérica. Ha sido un desafortunado intento de desvirtuar la campaña con un uso implícito de la xenofobia. Los artífices de esta campaña, algunos dedos señalan a la propia Hillary Clinton, contra el senador negro intentan desvirtuarle pintándolo como un musulmán, como si serlo fuera un factor negativo necesariamente.
La cuestión es: ¿a un racista no le basta que sea negro para no votarle? Me parece una burda estratagema para luchar a la desesperada contra él, al igual que lo era hace unos días el supuesto escándalo amoroso de John McCain. Cosas como éstas sólo hacen despertar la imbecilidad de la gente -que por desgracia no es poca- y convierte las campañas electorales en lo que muchas veces son: una farsa que nada tienen que ver con la democracia o el sentido común.

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