martes, 11 de marzo de 2008

El escándalo del gobernador de Nueva York ensombrece la campaña demócrata

Este principio no semana no ha sido protagonizado por la campaña en la política americana, sino por el gobernador demócrata de Nueva York. Hacía tiempo que Nueva York no vivía un escándalo tan jugoso. Eliot Spitzer, el incorruptible fiscal que fue elegido gobernador demócrata en 2006 tras prometer luchar contra la corrupción y el fraude, fue acusado de recurrir a una red de alta prostitución. Los republicanos piden su cabeza cuanto antes. Por cierto, Spitzer "endorsó" a Hillary Clinton.
La acusación podría costarle el puesto y acabar con su prometedora carrera política. Spitzer, que compareció brevemente ante los medios, no dio detalles sobre el caso ni pistas sobre su futuro. Según aseguraba ayer The New York Times, citando fuentes anónimas de la investigación, Spitzer era el cliente número 9 que en la noche del 13 de febrero (en la misma víspera del día de San Valentín) pidió al Emperors Club VIP que trasladara a una de sus prostitutas de Nueva York a la habitación 871 de su hotel en Washington. Siempre según el Times, el FBI que vigilaba la red, grabó la conversación del gobernador, que fue informado de las acusaciones el pasado viernes por la noche.

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